Atravesar el camino de El Cuadrado en otras épocas, hubiera constituido toda una travesía y hasta una verdadera aventura. Las comodidades que ofrecen hoy los vehículos y la nueva traza inaugurada por el gobierno provincial hacen que sólo se trate de un viaje de placer, que separa en poco mas de sesenta minutos, los hermosos paisajes que ofrece punilla norte, con la ciudad capital.
Este fin de semana se observaron colas de hasta 5 kilómetros de autos en la zona del descenso hacia Valle Hermoso. Sentarse a almorzar en cualquiera de los restaurant, desde los más categorizados a los menos, suponía una espera mínima de 45 minutos. El centro comercial miraba asombrado el aluvión de curiosos visitante que aprovecharon la obra recientemente inaugurada para cambiar su destino de domingo por la tarde.
Quienes prefirieron hacer un viajecito más “gasolero”, aprovecharon los miradores con vista privilegiada que a lo largo de todo el camino, ofrecen no sólo un espacio de descanso a la vera de la traza, sino también, inmejorables postales fotográficas que mueren en el disco duro de las PC. Todo sirve con tal de conocer el Nuevo Camino El Cuadrado.
Sin dudas que esta obra viene a traer inmejorables posibilidades de desarrollo, no sólo a la región norte del Valle de Punilla, sino a nuestra ciudad, que recibirá constantemente, un importante flujo de visitantes. Debemos aprovechar esta situación para trabajar en un proyecto consistente para atraerlos hacia nuestra ciudad. Una oferta gastronómica, de alojamiento, de eventos, rediseñar circuitos turísticos integrales que signifiquen un verdadero motivo de curiosidad a quienes busquen los destinos de las ciudades hermanadas por la obra vial.
Urgente debemos trabajar en rediseñar el ingreso a Rio Ceballos. Hoy sólo hay un cartel aéreo de los que se colocan desde la concesionaria de la ruta E-53 para señalar que por ahí uno puede dirigirse a Salsipuedes o ingresar a Rio Ceballos. La rotonda de acceso, si bien presenta una bandera Argentina que es muy vistosa, es también un espacio verde abandonado, depósito de desechos de los animales y alguna que otra basura que desaprensivos vecinos tiran en las inmediaciones. Si queremos ser la puerta de ingreso al Valle de Punilla norte, tenemos que ponernos a trabajar en una propuesta seria y consistente de promoción y desplegar un paquete de ofertas turísticas en la que todos los vecinos de la ciudad trabajemos para no mirar de reojo, como otros saborean las mieles de futuras temporadas exitosas.
Este fin de semana se observaron colas de hasta 5 kilómetros de autos en la zona del descenso hacia Valle Hermoso. Sentarse a almorzar en cualquiera de los restaurant, desde los más categorizados a los menos, suponía una espera mínima de 45 minutos. El centro comercial miraba asombrado el aluvión de curiosos visitante que aprovecharon la obra recientemente inaugurada para cambiar su destino de domingo por la tarde.
Quienes prefirieron hacer un viajecito más “gasolero”, aprovecharon los miradores con vista privilegiada que a lo largo de todo el camino, ofrecen no sólo un espacio de descanso a la vera de la traza, sino también, inmejorables postales fotográficas que mueren en el disco duro de las PC. Todo sirve con tal de conocer el Nuevo Camino El Cuadrado.
Sin dudas que esta obra viene a traer inmejorables posibilidades de desarrollo, no sólo a la región norte del Valle de Punilla, sino a nuestra ciudad, que recibirá constantemente, un importante flujo de visitantes. Debemos aprovechar esta situación para trabajar en un proyecto consistente para atraerlos hacia nuestra ciudad. Una oferta gastronómica, de alojamiento, de eventos, rediseñar circuitos turísticos integrales que signifiquen un verdadero motivo de curiosidad a quienes busquen los destinos de las ciudades hermanadas por la obra vial.
Urgente debemos trabajar en rediseñar el ingreso a Rio Ceballos. Hoy sólo hay un cartel aéreo de los que se colocan desde la concesionaria de la ruta E-53 para señalar que por ahí uno puede dirigirse a Salsipuedes o ingresar a Rio Ceballos. La rotonda de acceso, si bien presenta una bandera Argentina que es muy vistosa, es también un espacio verde abandonado, depósito de desechos de los animales y alguna que otra basura que desaprensivos vecinos tiran en las inmediaciones. Si queremos ser la puerta de ingreso al Valle de Punilla norte, tenemos que ponernos a trabajar en una propuesta seria y consistente de promoción y desplegar un paquete de ofertas turísticas en la que todos los vecinos de la ciudad trabajemos para no mirar de reojo, como otros saborean las mieles de futuras temporadas exitosas.
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