La noche del viernes marcaron el comienzo de los tradicionales corsos de Uqnuillo, este año bajo la consigna de Corsos del Bicentenario, 200 años de cultura popular.Siete carrozas recobrando las más emblemáticas en la historia de la fiesta más popular de las sierras chicas, murgas, comparzas, disfrazados y el entusiasmo familiar forman el marco en el cual se dió inicio a la primera de las siete noches en que la doble avenida San Martín albergara a la fiesta del Rey Momo.
La noche inaugural fué complice de la actuación de Kameleba y Arbolito, bandas seguidas con fervoroso entusiasmo por una multitud de jóvenes que soportaron una insistente llovizna que amenazaba con aguar la fiesta.
La noche del sábado se presenta con la actuación de bandas locales, la presentación de la murga el Ritual del Olvido, el desfile de las candidatas a reinas y el show de fuegos artificiales.
La fiesta de las Sierras Chicas
Los Corsos de Unquillo constituyen hoy, la fiesta de mayor tradición e importancia en el Valle de las Sierras Chicas. Otrora estaban Festirama, el festival de Folclore Joven de Saldán, el Festioro, el festival el Manzano canta, el Festival de la Solidaridad de Villa Allende y los carnavales infantiles de Mendiolaza, entre otros.
Hoy numerosos de esos eventos sólo son parte del rico recuerdo histórico de estas ciudades y otros han perdido la trascendencia que supieron alcanzar.
Los Corsos se erigen así, como el mayor evento en importancia de las Sierras Chicas, que aún guarda la mística de toda una familia participando con sus disfraces o en alguna de las murgas. Donde vecinos de la ciudad capital, incluso de otras provincias, vienen a saber que es esta fiesta que año tras año, casi como un ritual, cobra vida en Unquillo.
Esta fiesta ha sabido transformarce en busca de mantener una unión e identidad, ha sabido abrir sus puertas a todas las expresiones artísticas y culturales que por resistidas, no dejan de ser parte de esta cultura popular a la que hace referencia este festejo en el marco del bicentenario.
En honor a la verdad, para hacer grande a nuestro Valle, debieramos empezar a trabajar para que cobre identidad con estos eventos y no mirar impávidos, como pasaron con tantos otros, como empiezan a extinguirse.
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