
Según los inspectores, los artesanos incumplían las reglamentaciones legales vigentes y los policias se encargaron de tomarles los datos al grupo de artesanos. Mientras, vecinos de nuestra ciudad se acercaban a tomar conocimiento porque la plaza no tenía su habitual fisonomía.
Un grupo de artistas cantaba consignas como "que nos dejen trabajar", otros coreaban "se va a acabar, se va a acabar, la dictadura de Gaspar" en alusión a las disposiciones emanadas del ejecutivo municipal a cargo de Gaspar Lemos. Algunas banderas tenían inscripciones como "no a la intervención de la plaza" o "la cultura no se vende" y "70 familias sin trabajo gracias a Lemos"
Por momentos el clima de tensión crecía cuando el Inspector Varela intercambiaba palabras en tono de reproche con alguno de los artesanos, u otra de las inspectoras se encargaba de fotografiar los escasos puestos extendidos sobre el piso del paseo.
En una improvisada asamblea, los artesanos decidieron el corte de calles para los próximos días.

Más allá, un artesano se las ingeniaba para poder atender la demanda de unos ocasionales clientes que preguntaban precios por unos duendes. "Pasa que yo si o si, tengo que trabajar" era el consuelo que buscaba para si.
Lo cierto es que muchos de los visitantes que en la noche del sábado optaron por visitar el tradicional paseo de nuestra ciudad, se encontraron con un espectáculo muy distinto al que vinieron a buscar, policias e inspectores intercambiando duras palabras con los artesanos. Los regalos y recuerdos quedaran para próximas visitas. Tal vez.