Se desarrolló en nuestra ciudad, el Curso de Formación de Dirigentes Vecinales. La iniciativa, llevada a cabo por la Dirección de Asuntos Vecinales de nuestra municipalidad, a cargo de Pablo Pérez, contó con la participación de disertantes de la Confederación Vecinalista y Fomentista de la República Argentina.
Para Pérez, la realización del curso “se trata de una interesante muestra de apertura desde el municipio. Ellos nos brindaron el apoyo para llevar adelante esta capacitación, de la que participan no sólo dirigentes vecinales, sino también miembros de ONGs y vecinos en general”. Pérez reconoció que actualmente en nuestra ciudad, cuentan con ocho centros vecinales, pero que varios más están en tratativas de constituirse y que en breve podrían ser 20 los centros vecinales en funcionamiento en Rio Ceballos.
Sobre la Formación Vecinal
Omar Frade es Secretario general de CoVeRa y disertó durante el Curso de Formación de Dirigentes Vecinales, en nuestra ciudad. Para Frade, la participación vecinal es una herramienta indispensable, toda vez que la tendencia mundial es la descentralización. “La tendencia mundial, es la descentralización. El intendente de un municipio, no puede estar al tanto de todas las realidades de todos los barrios de la ciudad, entonces allí aparece la función del centro vecinal. Se busca que los organismos, tomen decisiones por estar más cerca de las bases. Esa debe ser la tendencia”. Para Frade se debe “descentralizar los servicios, en mano de actores vecinales. Que desde estos organismos, se comience a gestionar soluciones para los barrios y evitar el clientelismo político que muchas veces suele darse con el reparto de los planes”. Incluso, Frade va más allá al animarse a sugerir una administración de obras y recursos desde los centros vecinales. “Desde el centro vecinal, se puede sugerir las obras necesarias a realizar en cada barrio y con los recursos que se giran desde el municipio, se administrar los fondos y que sean los vecinos quienes encaren las obras a realizar. El centro vecinal puede convertirse en una herramienta más a la hora de ayudar al municipio a incentivar el pago de las tazas municipales entre los vecinos. Y ese dinero, pueda volcarse a las necesidades del barrio”. Frade reconoce como una de las funciones básicas de los centros vecinales, “la solución a las demandas de infraestructura básica. Pavimento iluminación, agua corriente, gas, cloacas. Allí se da muchas veces una crisis de identidad, porque cuando esas cuestiones se logran, los centros vecinales comienzan a plantearse para que están, cuales son sus tareas. En ese caso, es donde empiezan las demandas de segunda generación. Cuestiones vinculadas a la salud, la capacitación y los derechos e los ciudadanos, derecho ambiental, demandas que eventualmente aparecen cuando lo mínimo está asegurado”. Desde esta perspectiva, asegura, “hay que buscar un sistema de descentralización a los efectos de agilizar la gestión de política pública en los barrios”.