El Concejo Deliberante de nuestra ciudad es el escenario donde se empiezan a tejer las primeras situaciones de una futura y reñida campaña electoral.
Mientras en anteriores oportunidades dábamos cuenta de las divisiones internas que sufría el bloque del oficialismo, hoy es la oposición quien con vehemencia defiende posturas a favor o en contra de proyectos de ordenanzas sean presentados por estos o por el Ejecutivo.
Vehemencia que, acusan algunos, raya lo irrespetuoso y hasta lo agresivo.
En el ojo de la tormenta están los ediles Baldassi y Murúa quienes fueron señalados por la Concejal Tolosa tras numerosas oportunidades en que, según sus dichos, fue agredida verbalmente. Hechos que los afectados desmienten y apuntan a los aspectos temperamentales de sus discursos y posturas.
Lo cierto es que el tenor de las sesiones supone un ambiente de difícil convivencia.
En los últimos meses en nuestra ciudad se han ido suscitando diferentes enfrentamientos que no hacen más que generar un malestar generalizado y mostrar las peores miserias de los seres humanos, demostrándonos que estos enfrentamientos en nada nos ayudan a crecer y superarnos como comunidad. Deben pues nuestros dirigentes, desde sus lugares, contribuir a encaminar la construcción de un clima de cordial convivencia en nuestra ciudad.
Mientras en anteriores oportunidades dábamos cuenta de las divisiones internas que sufría el bloque del oficialismo, hoy es la oposición quien con vehemencia defiende posturas a favor o en contra de proyectos de ordenanzas sean presentados por estos o por el Ejecutivo.
Vehemencia que, acusan algunos, raya lo irrespetuoso y hasta lo agresivo.
En el ojo de la tormenta están los ediles Baldassi y Murúa quienes fueron señalados por la Concejal Tolosa tras numerosas oportunidades en que, según sus dichos, fue agredida verbalmente. Hechos que los afectados desmienten y apuntan a los aspectos temperamentales de sus discursos y posturas.
Lo cierto es que el tenor de las sesiones supone un ambiente de difícil convivencia.
En los últimos meses en nuestra ciudad se han ido suscitando diferentes enfrentamientos que no hacen más que generar un malestar generalizado y mostrar las peores miserias de los seres humanos, demostrándonos que estos enfrentamientos en nada nos ayudan a crecer y superarnos como comunidad. Deben pues nuestros dirigentes, desde sus lugares, contribuir a encaminar la construcción de un clima de cordial convivencia en nuestra ciudad.
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