La fisonomía del ingreso a nuestra ciudad se ha modificado sustancialmente desde que se habilitó la autovía entre Rio Ceballos y Salsipuedes.
Tiempo atrás, la rotonda de acceso tenía una fuente circular con enormes letras desvencijadas de color azul, transformadas por el paso del tiempo en celestes, que daban cuenta de la ciudad a la que usted había llegado, Rio Ceballos.
Los vecinos del sector solían adornar el añoso pino con motivos navideños, en oportunidad de la llegada de esa festividad, cada fin de año. Tradición que también fué perdiendose.
Pasaron dos temporadas turísticas y las remodelaciones en la ruta que derivaron en la ahora autovía, relegaron las remodelaciones en la rotonda y dejaron un manchon ocre sobre el que se alza aún altivo el pino en cuestión y luminarias que brindan el brillo necesario ante la oscuridad de las noches. Nada hace pensar hoy que allí estaban la fuente y las letras de Rio Ceballos...
Hoy, aunque de seguro con algún proyecto para los próximos años, un mástil que promete abrazarce con el cielo permite que flamee una gigante bandera Argentina. Días después del 25 de mayo y de la anécdota de aquel vecino que hizo flamear una bandera de Talleres de Córdoba, que hoy duerme en el cajón de algún escritorio de la comisaria local.
No deja de impresionar el tamaño de la bandera y lo agradable que es a la vista, ver como coquetea en el cielo con las nubes. Una hermosa postal para el ingreso a nuestra ciudad que esperamos sea acompañada de algunas otras remodelaciones.
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