Un médico especialista en sueño advirtió que, durante los primeros días, las personas estarán somnolientas e irritables por la mañana. Expertos admiten que se notarán trastornos en el reloj biológico. Los niños tendrán más problemas para readaptarse.
Se trata solamente de una hora. No parece gran cosa como para generar trastornos. Sin embargo, el cuerpo deberá acostumbrarse al nuevo horario que regirá en Tucumán, al igual que en media parte del país, a partir de la medianoche de hoy.En diálogo con LA GACETA, el neumonólogo Jorge Avila, especialista en trastornos del sueño, advirtió que durante los primeros días después de ocurrido el cambio, pueden producirse más accidentes de tránsito. “Un estudio realizado en Inglaterra, pero que es pasible de aplicarse en otras partes del mundo, demuestra que durante los primeros 15 o 20 días posteriores a una modificación horaria, se incrementan, entre un 15% y un 20%, los choques en las autopistas. Esto se debe a que el reloj biológico de las personas no se modifica de un día para otro”, puntualizó el especialista. Según indicó Avila, aunque una persona se levante una hora antes que lo acostumbrado, el cerebro sigue funcionando como si todavía estuviera dormido. En consecuencia, disminuye la capacidad de atención y aumentan el mal humor y la irritabilidad”, detalló. Además de afectar a quienes conducen vehículos, también causa trastornos a trabajadores y estudiantes. Ellos también padecen, durante los primeros días, un déficit en la atención. Avila recomendó a los conductores y a quienes cumplen trabajos riesgosos que se esfuercen por estar más atentos y que sean más prudentes.Por otra parte, el médico anticipó que es posible que, al momento de ir a dormir, no se logre conciliar el sueño inmediatamente. “El cerebro necesita de un período de adaptación que hay que favorecer con ciertas medidas prácticas como evitar tomar café o té antes de dormir, no fumar ni hacer gimnasia antes de irse a la cama”, aconsejó.La educación del cuerpoEl neurólogo y pediatra Ricardo Auad, por su parte, remarcó que los adultos han ido educando al cuerpo para descansar, levantarse, almorzar o cenar en determinados horarios. “Cuando se trastoca ese acostumbramiento, cuesta un tiempo volver a regularizar los mecanismos del reloj biológico”, subrayó.Auad ejemplificó: “si uno está habituado a almorzar a las 12, va a tener hambre a la misma hora, pero el reloj marcará las 11 y tendrá que esperar una hora más para comer”.“A esto es a lo que me refiero cuando hablo del reloj biológico. Es ese hábito que hace que, por ejemplo, uno sea capaz de levantarse a una hora determinada sin necesidad del despertador”, añadió.El experto advirtió que con los niños la situación será más compleja. “Los padres los están educando para que se duerman a cierta hora, sobre todo a los más chiquitos. Este cambio de horario complica esa educación. Y lo mismo vale para la comida y otras actividades”, puntualizó.
Se trata solamente de una hora. No parece gran cosa como para generar trastornos. Sin embargo, el cuerpo deberá acostumbrarse al nuevo horario que regirá en Tucumán, al igual que en media parte del país, a partir de la medianoche de hoy.En diálogo con LA GACETA, el neumonólogo Jorge Avila, especialista en trastornos del sueño, advirtió que durante los primeros días después de ocurrido el cambio, pueden producirse más accidentes de tránsito. “Un estudio realizado en Inglaterra, pero que es pasible de aplicarse en otras partes del mundo, demuestra que durante los primeros 15 o 20 días posteriores a una modificación horaria, se incrementan, entre un 15% y un 20%, los choques en las autopistas. Esto se debe a que el reloj biológico de las personas no se modifica de un día para otro”, puntualizó el especialista. Según indicó Avila, aunque una persona se levante una hora antes que lo acostumbrado, el cerebro sigue funcionando como si todavía estuviera dormido. En consecuencia, disminuye la capacidad de atención y aumentan el mal humor y la irritabilidad”, detalló. Además de afectar a quienes conducen vehículos, también causa trastornos a trabajadores y estudiantes. Ellos también padecen, durante los primeros días, un déficit en la atención. Avila recomendó a los conductores y a quienes cumplen trabajos riesgosos que se esfuercen por estar más atentos y que sean más prudentes.Por otra parte, el médico anticipó que es posible que, al momento de ir a dormir, no se logre conciliar el sueño inmediatamente. “El cerebro necesita de un período de adaptación que hay que favorecer con ciertas medidas prácticas como evitar tomar café o té antes de dormir, no fumar ni hacer gimnasia antes de irse a la cama”, aconsejó.La educación del cuerpoEl neurólogo y pediatra Ricardo Auad, por su parte, remarcó que los adultos han ido educando al cuerpo para descansar, levantarse, almorzar o cenar en determinados horarios. “Cuando se trastoca ese acostumbramiento, cuesta un tiempo volver a regularizar los mecanismos del reloj biológico”, subrayó.Auad ejemplificó: “si uno está habituado a almorzar a las 12, va a tener hambre a la misma hora, pero el reloj marcará las 11 y tendrá que esperar una hora más para comer”.“A esto es a lo que me refiero cuando hablo del reloj biológico. Es ese hábito que hace que, por ejemplo, uno sea capaz de levantarse a una hora determinada sin necesidad del despertador”, añadió.El experto advirtió que con los niños la situación será más compleja. “Los padres los están educando para que se duerman a cierta hora, sobre todo a los más chiquitos. Este cambio de horario complica esa educación. Y lo mismo vale para la comida y otras actividades”, puntualizó.
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